Lechona tolimense Vs. lechona llanera
Colombia, tierra de sabores exquisitos, destaca en el ámbito culinario gracias a su rica diversidad gastronómica. Uno de sus platos más emblemáticos es la lechona, una delicia que requiere aproximadamente 13 horas de cocción en horno de barro para alcanzar la perfección. La historia de este manjar se remonta a la época de la conquista, cuando los españoles introdujeron el conocido "asado castellano" para deleitar a las personas de mayor posición social y económica. A lo largo del tiempo, esta receta experimentó modificaciones y adaptaciones, evolucionando hasta convertirse en la versión que conocemos hoy.
Originaria del departamento de Tolima, la lechona tolimense se encuentra principalmente en la región andina del país, en lugares como Ibagué y sus alrededores. La versión auténtica de la lechona tolimense se distingue por la ausencia de arroz en su preparación, lo que la hace única y diferente de otras variantes.
Antes de disponer la suculenta porción de lechona en el plato de cerámica negra tradicional, es costumbre colocar una hoja de cachaco. Al momento de servir, se añade arepa de maíz blanco y un trozo de "insulso", una especie de natilla elaborada con harina de maíz, panela, canela y agua, completando así la experiencia culinaria única que representa la lechona tolimense.
Este plato también forma parte de las recetas típicas de los Llanos Orientales de Colombia y se puede degustar en los departamentos de Meta, Casanare, Arauca y Vichada. Sin embargo, la versión llanera de la lechona se distingue por la inclusión de arroz en su preparación. Por lo general, se sirve sobre hojas de plátano, y se acompaña con arepas de maíz blanco o monedas de plátano verde. Además, se agrega un trozo de cuero crocante y se sirve con rodajas de limón, resaltando así las particularidades de esta variante regional.
No obstante, la autenticidad de la receta de la lechona ha generado un apasionado debate. Algunos sostienen que no debe contener arroz, mientras que otros defienden lo contrario. Este debate ha dado lugar a la comparación entre las dos variantes de la lechona: la que se prepara en Tolima y la que se elabora en los llanos. Aunque a simple vista pueden parecer similares, en realidad presentan notables diferencias en términos de ingredientes, acompañantes y, por supuesto, sabor, lo que añade un toque de emoción y tradición a esta joya culinaria colombiana.